El informe del Indec con la inflación de enero tensa la relación de Massa con el kirchnerismo duro

El organismo la ubica entre el 5,7 y el 6,3%. Los reproches del ministro a Cristina en privado y el debate en la oposición sobre cuándo explota la bomba económica.


Por Marcelo Bonelli para Clarín.

Marco Lavagna elaboró este jueves un informe reservado que tiene un dato demoledor: la inflación del Indec dará un fuerte salto. El paper es confidencial y habría solo dos copias en circulación. Una para Alberto Fernández y la otra para Sergio Massa.

El trabajo enumera varios factores adversos y se justifica: dice que el salto inflacionario es fruto de cuestiones estacionales y el “enorme tarifazo” eléctrico que aplicaron 14 provincias. Pero después anticipa la bomba: enero estará entre el 5,7 y el 6,3%. En otras palabras, un salto que va a tener derivaciones políticas.

Cristina Kirchner apoya a Massa y la relación entre ambos es fluida. Pero los gurkas de la Jefa aprovechan y le tiran munición gruesa al ministro. Lo acusan de favorecer a cerealeras y de ser blando con el control de precios y el FMI. Lo culpan de “menemizar “ al kirchnerismo.

Máximo Kirchner es el abanderado silencioso de todo ese relato. La cantinela progre pone los pelos de punta a Economía y genera burlas hacia La Cámpora: “Ellos se ponían el gobierno de sombrero”. Las tensiones se profundizaron -hace 15 días- por un informe crítico hacia Massa por el crecimiento de la deuda comercial en dólares.

Cristina lo convocó al ministro. Massa llevaba todos los papeles, pero explotó de bronca por las desopilantes imputaciones: “Tu gente está jugando en contra”. Y preguntó: “¿Ellos no quieren que me vaya bien?” La reunión terminó bien. Cristina aprobó a Massa y adhirió a sus argumentos. Pero la cuestión ocurrió mientras circularon versiones de la renuncia del ministro.

La información circuló en Wall Street hace diez días. Máximo decía que la versión la tiro a rodar el propio Massa “para subirse el precio”. Y el ministro, que eran operaciones de Mauricio Macri para intentar incendiar el país. Massa afirmó -en una reunión de equipo- que está convencido de que el ex presidente lanzó una ofensiva contra su gestión. Y lo acusa: “Macri quiere que se incendie todo”.

El ex presidente está en Europa. Va a dar clases en la Universidad de Bolonia y vuelve el 19. Este jueves le dijo a Clarín: “Lo que afirman nuestros economistas es solo la realidad”. Y contragolpeó: “La gestión de Massa está fuera de control y estafa a todos con la inflación”. Los lobos de Wall Street, en cambio, afirmaban otra cosa. Que a Massa le era difícil mantener el débil control de las variables en medio de la pelea del Frente de Todos.

Alberto, esta semana, le mojó la oreja a Cristina. Sugirió que la Vice era una jubilada política y dijo en referencia a ella: “No hablemos del pasado”. La Vice se enervó el martes . Lo insultó y lo trató de traidor. Enfurecida, afirmó: “Es un sorete, ingrato, irrespetuoso y desagradecido”.

Alberto -desde inicios de enero- no para de agregar conflictos, que le ponen ruido a una economía atada con alambres. Primero la disputa con Cristina. Después, con el ataque a la Corte. También, el disparate de los camioneros controlando precios y ahora la increíble pelea con Wado de Pedro. El ministro del Interior buscó, sin éxito, que Alberto lo echara. Pero la jugada no funcionó y solo masticó bronca.

Por eso hubo diálogos fuertes entre Cristina y Massa. Y a su vez, entre el ministro y Alberto. Fue Massa quien advirtió: “Están tan enfrascados con la Corte y con este ruido político no hay medida que se sostenga”.

Este jueves se inicio el show contra la Corte en el Parlamento. Cristina no quiere que el tema llegue al recinto, porque sabe que sería un fracaso explícito. La Vice quiere que la investigación quede abierta -podría ser por tres años- y así sostener en el tiempo el objetivo central de su ofensiva: desacreditar al máximo tribunal y así devaluar los fallos que la obligaran a cumplir prisión.

En la Corte hay una fuerte interna. Horacio Rosatti acusa a Ricardo Lorenzetti de darle letra al Presidente para iniciar la ofensiva. Pero Lorenzetti niega todo y contragolpea. Encima tiene que lidiar con el “Huracán» Carrió.

Igual, Cristina logró un milagro: unió la estrategia de los cuatro miembros de la Corte. Está decidido que ninguno se va a prestar al “show” y no van a concurrir a la citación en el Congreso. Además, podría haber novedades judiciales que dejen en ridículo los cargos esgrimidos contra algunos jueces de la Corte.

El costo que ocasiona la ofensiva de Cristina es incalculable. ¿Qué reputación puede tener Argentina, si la dupla presidencial arman un escándalo para cubrir la corrupción de Cristina? La paz duró unas jornadas en el Frente de Todos. La convocatoria a la mesa política puede exponer una ruptura pública. Cristina y Máximo la impulsaron con dos objetivos: vetar la candidatura de Alberto y obligarlo a hocicar -renunciar a ese proyecto- frente a ambos.

La otra intención es obligarlo a hacer un giro económico. La innovadora idea de Máximo es meterle en los próximos meses más populismo al populismo. Por eso quiere revisar el acuerdo con el FMI. Massa cuestiona todos estos dislates. En definitiva afectan aun más la gobernabilidad y la toma de decisiones.

Las metas con el Fondo

Clarín confirmó que el martes hubo una reunión clave con el FMI. Fue en el Palacio de Hacienda. En ese encuentro se habló de que Argentina no podrá cumplir las próximas metas de reservas y que el equipo de Luis Cubeddu evaluaba un “waiver” sobre el acuerdo con Argentina.

Leo Madcur –jefe de asesores- mantiene silencio. Economía hasta ahora no planteó el tema, quiere escuchar la idea de Cubbedu. Massa, en todo caso, prefiere utilizar una cláusula del acuerdo sobre “hechos extraordinarios”. Sucede que pedir un “waiver” implica un incumplimiento de Economía. El otro mecanismo, una contingencia no prevista. Ben Kelmanson –delegado del Fondo en Baires– acompañó a la comitiva de burócratas: estuvieron los emisarios de Washington, Leo Madcur por Economía, el empresario Gustavo Idigoras por las cerealeras y el titular de la Bolsa de Rosario, Miguel Simioni.

El FMI pidió a los exportadores un informe propio sobre las consecuencias de la sequía. Ese trabajo reservado de CIARA y CEC refleja que el problema es mayor al previsto por la Casa Rosada y la falta de dólares – entonces -va a ser más importante. Los informes confidenciales de Wall Street dicen que comienza una fuerte tensión y que el mercado de cambios estará en turbulencia hasta abril.

Massa intenta sacar otro conejo de la galera: el préstamo REPO. Pero los burócratas del FMI se curan en salud: saben que si Argentina cae, también pueden caer Kristalina Georgieva y varios de ellos terminar en la biblioteca del Fondo.

El documento económico de Juntos fue duro y generó múltiples reacciones en el mercado. Entre los banqueros de Adeba no gustó que la oposición -en las entrelíneas del texto- anunciaría la posibilidad de aplicar un nuevo default en Argentina. En la reunión hubo posiciones divergentes. Luciano Laspina fue el más duro con Massa. Massa tuvo una versión completa de la reunión a través de un diálogo con Gerardo Morales.

Laspina es el mimado de Macri. El ex presidente escucha pronósticos demoledores de Guido Sandleris. Ambos propician acelerar las cosas y que la bomba económica le explote a Alberto. Hernán Lacunza también pero se moderó en varias cuestiones. En ese clima belicoso Eduardo Yeyati le advirtió: “No nos equivoquemos. Yo creo que el gobierno llega, haciendo magia y transfiriendo todo al 2024”.

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